sábado, 27 de enero de 2007

El misterioso Telescopio de la Sierra Negra.

Enviado por T Hilton. Cuando uno circula por la autopista Minatitlán – Córdoba – Puebla cruza por bellos paisajes en las cumbres de Acutzingo y parajes de transición en las faldas del Citlaltépetl o Pico de Orizaba. Para el ojo observador, al pasar la caseta de cobro de La Esperanza en los limites del estado de Veracruz y Puebla, llama la atención una extraña construcción blanca que se observa a en la cima de un cono adventicio anexo al volcán más alto de México; es una gran parábola que se yergue en la cúspide del volcán Tliltépetl o Sierra Negra. Es el Gran Telescopio Milimétrico (GTM) edificado bajo la dirección del Instituto Nacional de Astrofísica Óptica y Electrónica (INAOE), ubicado en Tonantzintla, Puebla y de la Universidad de Massachusetts Amherst a una altitud de 4580 metros sobre el nivel del mar, dentro del Parque Nacional Pico de Orizaba exactamente a la latitud +18º 59' 06" N y longitud de 97º 18' 53" W.

Hasta hace poco mas de cincuenta años, todo nuestro conocimiento acerca de las estrellas y el Universo provenía del estudio de la luz que recibimos de los astros. En los treintas y cuarentas se demostró que los objetos celestes emiten también ondas de radio, luz visible, infrarroja y ultravioleta, rayos X y rayos gamma. Hoy en día los astrónomos emplean no solo telescopios "convencionales", sino también radio antenas (radiotelescopios) y telescopios infrarrojos, de rayos X y rayos gamma, estos últimos ubicados a bordo de satélites alrededor de la Tierra.

En los últimos quince años, las microondas han ido cobrando mayor importancia para estudiar fenómenos astronómicos, como la explosión que se cree dio origen al Universo, por lo que el INAOE y la U de Massachusetts se unieron en el proyecto para construir el telescopio de microondas más grande del mundo aquí en México. Esta antena tiene cincuenta metros de diámetro y casi el triple de superficie que el telescopio IRAM, de treinta metros de diámetro, situado en el Pico Veleta, en España. Por su diseño, este telescopio deberá ser particularmente sensible a radiación con longitud de onda de un milímetro, de ahí el nombre de Gran Telescopio Milimétrico, o simplemente GTM.


La ubicación de un telescopio es fundamental, por lo que desde el principio se buscó un lugar particularmente seco y a gran altura donde hay menos atmósfera entre nosotros y las estrellas, y por lo tanto menos vapor de agua. Tras examinar más de treinta posibles sitios para el GTM se descartaron montañas como el Nevado de Toluca, el Cofre de Perote, la Malinche y San Pedro Mártir, notando que el Sierra Negra, un pico anexo al Citlaltépetl (cerro de la estrella) en los limites de Veracruz y Puebla, presenta en las mañanas de invierno condiciones excepcionales para la astronomía milimétrica comparables a las del observatorio de Mauna Kea en Hawaii, condiciones excepcionales que fueron determinantes para escoger a este lugar como el sitio para el GTM.

El observatorio de Sierra Negra, planeado para empezar a operar en el año 2008 será excepcional por ser el observatorio astronómico más alto del mundo, por lo que es probable que el telescopio se utilice remotamente desde un punto cercano a menor altitud para que sus técnicos puedan evitar el mal de montaña.

La construcción del GTM y su domo setenta metros de altura, se llevo a cabo en condiciones particularmente difíciles, sobre todo si se considera que este telescopio deberá poder ser orientado con una precisión de un milésimo de un grado, mientras que el domo deberá resistir vientos de mas de doscientos kilómetros por hora.

El Gran Telescopio Milimétrico, costo cincuenta millones de dólares aportados por igual entre la parte mexicana y estadounidense y es el proyecto científico mas ambicioso emprendido por la ciencia en México y el principal esfuerzo de colaboración científica entre México y Estados Unidos. El GTM proporcionará nuevos empleos, muchos de ellos a personas que habitan localidades cercanas a Sierra Negra. Además del impacto a nivel local, con el GTM ya ha comenzado el desarrollo en México de laboratorios de microondas y otros tipos de tecnologías, como la medición y el maquinado de superficies con altísima precisión. El proyecto del Gran Telescopio Milimétrico está concebido no como un gasto, sino como una inversión tecnológica para México. Y con él veremos como nacen las estrellas, las galaxias y el Universo, desde la cima de Sierra Negra.

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