Post de TH. Promis es la abreviatura de Prosecutors Management Information System. Un programa que conforma un sistema para el manejo y seguimiento de información que puede acceder archivos de cualquier base de datos y traducir diferentes lenguajes de programación para unificar ambos en un archivo compatible.
El supersecreto programa PROMIS el cual fue desarrollado en Washington por la compañía Inslaw a cargo del genio informático de la NSA William Hamilton, para las agencias norteamericanas de inteligencia se convirtió al en la piedra de Roseta de los lenguajes de computación en el mundo internacional del espionaje.
Con sus 575,000 líneas de código informático, Promis tiene la capacidad de integrar otras bases de datos sin necesidad de reprogramación, esto permite fácilmente convertir datos ciegos en información utilizable para monitorear operaciones y dar seguimiento a agentes, y objetivos de inteligencia.
El programa elige entre miles de opciones las que tienen más sentido, elimina el razonamiento deductivo y evita numerosas cuestionamientos correctas, pero irrelevantes, eliminando así todas las líneas de investigación superfluas, pudiendo cotejar datos a una velocidad altísima.
A finales de los 70s las treinta oficinas regionales del Departamento de Justicia de los Estados Unidos (DoJ) contaban con un sistema de cómputo para dar seguimiento a juicios, investigaciones y litigios civiles, con el inconveniente de que utilizaban hasta siete diferentes lenguajes de programación, lo que hacia casi imposible poder compartir información entre esas oficinas. Por ejemplo, se daba el caso de que las computadoras de la oficina del DoJ en San Francisco no podían leer archivos enviados por sus contrapartes en Nueva York.
A inicios de los 80s Inslaw gano un contrato de tres años por 10 millones de dólares para un instalar en oficinas del DoJ una versión del Promis con arquitectura de 16 bits. Los funcionarios del DoJ maravillados con el programa y viendo sus enormes posibilidades para el seguimiento de terroristas, asuntos de inteligencia, y transacciones financieras a escala global, decidieron en secreto modificar ilegalmente el programa a una arquitectura de 32 bits sin pagar la licencia a Inslaw poseedor de los derechos de autor violando así el contrato con su proveedor tecnológico, a quien tampoco realizo sus pagos forzando a la compañía a declararse en quiebra, mientras funcionarios de altísimo nivel en el DoJ se hicieron multimillonarios vendiendo este programa modificado a otras dependencias de seguridad.
Ante esto Hamilton demando legalmente al Departamento de Justicia de la administración de Ronald Reagan, en un litigio que ha pesar de su importancia, continua en proceso pero sigue virtualmente desconocido y encubierto por funcionarios implicados que aun siguen en los más altos puestos del gobierno estadounidense.
Con sus 575,000 líneas de código informático, Promis tiene la capacidad de integrar otras bases de datos sin necesidad de reprogramación, esto permite fácilmente convertir datos ciegos en información utilizable para monitorear operaciones y dar seguimiento a agentes, y objetivos de inteligencia.
El programa elige entre miles de opciones las que tienen más sentido, elimina el razonamiento deductivo y evita numerosas cuestionamientos correctas, pero irrelevantes, eliminando así todas las líneas de investigación superfluas, pudiendo cotejar datos a una velocidad altísima.
A finales de los 70s las treinta oficinas regionales del Departamento de Justicia de los Estados Unidos (DoJ) contaban con un sistema de cómputo para dar seguimiento a juicios, investigaciones y litigios civiles, con el inconveniente de que utilizaban hasta siete diferentes lenguajes de programación, lo que hacia casi imposible poder compartir información entre esas oficinas. Por ejemplo, se daba el caso de que las computadoras de la oficina del DoJ en San Francisco no podían leer archivos enviados por sus contrapartes en Nueva York.
A inicios de los 80s Inslaw gano un contrato de tres años por 10 millones de dólares para un instalar en oficinas del DoJ una versión del Promis con arquitectura de 16 bits. Los funcionarios del DoJ maravillados con el programa y viendo sus enormes posibilidades para el seguimiento de terroristas, asuntos de inteligencia, y transacciones financieras a escala global, decidieron en secreto modificar ilegalmente el programa a una arquitectura de 32 bits sin pagar la licencia a Inslaw poseedor de los derechos de autor violando así el contrato con su proveedor tecnológico, a quien tampoco realizo sus pagos forzando a la compañía a declararse en quiebra, mientras funcionarios de altísimo nivel en el DoJ se hicieron multimillonarios vendiendo este programa modificado a otras dependencias de seguridad.
Ante esto Hamilton demando legalmente al Departamento de Justicia de la administración de Ronald Reagan, en un litigio que ha pesar de su importancia, continua en proceso pero sigue virtualmente desconocido y encubierto por funcionarios implicados que aun siguen en los más altos puestos del gobierno estadounidense.
Una investigación de Inslaw encontró que el segundo más grande contratista de defensa de USA, Martin Marietta, hoy Lockheed-Martin, utilizaba una versión del Promis, descubriendo a finales del año 2000 la esposa del vicepresidente de los Estados Unidos, Dick Cheney vinculado en la investigación, era integrante del consejo de administración de Lockheed. Pronto Promis se encontraba en empresas del sector como DynCorp, Raytheon, Boeing, SAIC y Harvard Endowment, así como en otras agencies gubernamentales como la FINCEN y el Departamento del Tesoro.
Actualmente Inslaw todavía exige castigo para los responsables; pero misteriosamente, sobre el asunto en los Estados Unidos no existio escándalo alguno, no ha habido una cobertura adecuada por parte de los medios de comunicación y ningún periódico importante solicito acciones de castigo, como si las terribles repercusiones detrás de la sentencia de la Comisión del Congreso fuesen tan incriminatorias, que debieran de permanecer ocultas para siempre, conocida sólo por los pocos altos funcionarios y por supuesto aquí en los Archivos Secretos F.
Aun que usted no lo crea, una Comisión de Supervisión del Congreso de los Estados Unidos, determinó que el Departamento de Justicia actuó intencionada y fraudulentamente al convertir y robar el Programa Promis de Inslaw. Se dictamino que estas acciones ilegales, se llevaron a cabo con el conocimiento y peor aun, bajo la dirección de altos funcionarios del Departamento de Justicia, agregando que frente a la investigación externa, el Departamento de Justicia ha dificultado la investigación y protegido a los funcionarios acusados de perpetrar este delito. Para la mayoría, todo continua envuelto en un velo de misterio.
Hoy se sabe que, antes que el DoJ lo hiciera, también el Instituto de Investigación y Servicios Especiales de Israel (Mossad), obtuvo con engaños de Inslaw una copia del Promis en una brillante operación encubierta, el cual modifico y reconstruyo con una trampilla secreta para venderla -utilizando como pantalla al empresario ingles Robert Maxwell- a sus enemigos árabes como Siria, Jordania, Iraq y también a sus aliados como Canada y el propio Estados Unidos. La trampilla casi indetectable sirvió para enviar una copia en tiempo real de las actividades de las agencias de seguridad de todas estas naciones a las agencias de seguridad israelíes como el Mossad, el Lakam y el Sin Beth.
Para complicar la situación existe evidencia de que Osama Bin Laden obtuvo una copia de Promis de la mafia rusa, la que utilizo para observar los esfuerzos de los aliados por capturarlo y así tomar acciones evasivas que le permiten moverse clandestinamente por el mundo hasta el día de hoy.
Actualmente Inslaw todavía exige castigo para los responsables; pero misteriosamente, sobre el asunto en los Estados Unidos no existio escándalo alguno, no ha habido una cobertura adecuada por parte de los medios de comunicación y ningún periódico importante solicito acciones de castigo, como si las terribles repercusiones detrás de la sentencia de la Comisión del Congreso fuesen tan incriminatorias, que debieran de permanecer ocultas para siempre, conocida sólo por los pocos altos funcionarios y por supuesto aquí en los Archivos Secretos F.
Aun que usted no lo crea, una Comisión de Supervisión del Congreso de los Estados Unidos, determinó que el Departamento de Justicia actuó intencionada y fraudulentamente al convertir y robar el Programa Promis de Inslaw. Se dictamino que estas acciones ilegales, se llevaron a cabo con el conocimiento y peor aun, bajo la dirección de altos funcionarios del Departamento de Justicia, agregando que frente a la investigación externa, el Departamento de Justicia ha dificultado la investigación y protegido a los funcionarios acusados de perpetrar este delito. Para la mayoría, todo continua envuelto en un velo de misterio.
Hoy se sabe que, antes que el DoJ lo hiciera, también el Instituto de Investigación y Servicios Especiales de Israel (Mossad), obtuvo con engaños de Inslaw una copia del Promis en una brillante operación encubierta, el cual modifico y reconstruyo con una trampilla secreta para venderla -utilizando como pantalla al empresario ingles Robert Maxwell- a sus enemigos árabes como Siria, Jordania, Iraq y también a sus aliados como Canada y el propio Estados Unidos. La trampilla casi indetectable sirvió para enviar una copia en tiempo real de las actividades de las agencias de seguridad de todas estas naciones a las agencias de seguridad israelíes como el Mossad, el Lakam y el Sin Beth.
Para complicar la situación existe evidencia de que Osama Bin Laden obtuvo una copia de Promis de la mafia rusa, la que utilizo para observar los esfuerzos de los aliados por capturarlo y así tomar acciones evasivas que le permiten moverse clandestinamente por el mundo hasta el día de hoy.
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