Enviado por Galtech. Huellas de dinosaurios que habitaron durante el Cretácico inferior, hace 120 millones de años, fueron descubiertas en la desértica región de San Juan Raya Puebla, por el minatitleco Jerjes Pantoja Alor, investigador del Instituto de Geología de la UNAM.
“Creo que son de Apatosaurios, un tipo de Brontosaurios herbívoros de 40 toneladas de peso y 20 metros de largo”, explica Pantoja Alor, quien localizó en un pantano petrificado, un sendero de 30 metros de de pisadas con dimensiones de 30 a 60 centímetros de largo y ancho, y 15 centímetros de espesor cada una.
El área de San Juan Raya — poblado ubicado a 20 kilómetros de Zapotitlán el cual forma parte de la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán— ha sido estudiado por su riqueza de fósiles, pero hasta ahora existe una evidencia de la presencia de dinosaurios en Puebla. La otra región del país con rastros de esta especie extinta es Coahuila. detalla el geólogo adscrito desde hace 38 años al Instituto de Geología de la UNAM.
En la zona, cerca de las huellas, hay fósiles de invertebrados del Cretácico, como ostiones llamadas ostreidos, moluscos Pterotrigonia y Cyprina, ciempiés y gusanos. Abundan también grandes biznagas o choyas (Equinocactus platyacanthus) y cactáceas columnares, como los órganos gigantes (Neobuxbaumia tetetzo y Neobuxbaumia macrocephala). “Al visitar la región en el año1996 encontré dos formaciones semicirculares y pensé que podrían ser huellas o nidos de dinosaurios o una especie de refugios que hacen algunos peces bajo el agua cerca de los pantanos. Como no vi la secuencia completa que mostrara pasos de dinosaurios no me ocupé de ellas,”, recuerda el geólogo veracruzano.
Al retornar a investigar a San Juan Raya, la evidencia de nuevas huellas lo animó a limpiar el sitio para descubrir los más de 35 metros de pisadas ordenadas. “Debemos analizar la cadencia, descifrar si se trata de varios individuos e iniciar el proceso completo de medición”, dijo.
Aunque hoy es una región desértica, hace miles de años en el Cretácico la región de San Juan fue un ecosistema pantanoso cercano al mar, en cuyos lodazales quedaron marcadas las huellas descubiertas hace unos meses por Pantoja, en una superficie que actualmente es una superficie seca y rocosa. “Gracias a la dura arenisca que la compone actualmente y a que estuvieron millones de años cubiertas, las huellas del Cretácico se conservaron bien”, remarco el también asesor científico de la Reserva de la Biosfera Tehuacan y profesor del posgrado de Ciencias de la Tierra de la UNAM quien nació en Minatitlán Veracruz e hizo su doctorado en el estado norteamericano de Arizona.
“Los fósiles de moluscos, peces y diversos estudios geológicos realizados en la década de los 50s por PEMEX documentan una región de vasta actividad geológica y tectónica, pantanosa, en donde vivían estos dinosaurios herbívoros añade Pantoja, quien describe entre los habitantes del antiguo ecosistema al Apatosaurio como un animal de cabeza pequeña, cuello muy largo (apto para alimentarse de brotes y hojas tiernas de la parte alta de los árboles) y cuerpo y patas muy pesadas.
“Para saber la edad, comparamos fósiles que han sido estudiados intensamente como moluscos y amonitas, e invertebrados marinos que tuvieron un rango muy corto de vida y que son para la paleontología como relojes que miden el tiempo geológico”, comenta Pantoja. Ahora, solo se requiere financiamiento para proteger las huellas”. Entre los pendientes por resolver están si las huellas pertenecen a uno o un grupo de individuos, de qué tipo de Apatosaurio son y si tenían de tres a cinco dedos.
“Creo que son de Apatosaurios, un tipo de Brontosaurios herbívoros de 40 toneladas de peso y 20 metros de largo”, explica Pantoja Alor, quien localizó en un pantano petrificado, un sendero de 30 metros de de pisadas con dimensiones de 30 a 60 centímetros de largo y ancho, y 15 centímetros de espesor cada una.
El área de San Juan Raya — poblado ubicado a 20 kilómetros de Zapotitlán el cual forma parte de la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán— ha sido estudiado por su riqueza de fósiles, pero hasta ahora existe una evidencia de la presencia de dinosaurios en Puebla. La otra región del país con rastros de esta especie extinta es Coahuila. detalla el geólogo adscrito desde hace 38 años al Instituto de Geología de la UNAM.
En la zona, cerca de las huellas, hay fósiles de invertebrados del Cretácico, como ostiones llamadas ostreidos, moluscos Pterotrigonia y Cyprina, ciempiés y gusanos. Abundan también grandes biznagas o choyas (Equinocactus platyacanthus) y cactáceas columnares, como los órganos gigantes (Neobuxbaumia tetetzo y Neobuxbaumia macrocephala). “Al visitar la región en el año1996 encontré dos formaciones semicirculares y pensé que podrían ser huellas o nidos de dinosaurios o una especie de refugios que hacen algunos peces bajo el agua cerca de los pantanos. Como no vi la secuencia completa que mostrara pasos de dinosaurios no me ocupé de ellas,”, recuerda el geólogo veracruzano.
Al retornar a investigar a San Juan Raya, la evidencia de nuevas huellas lo animó a limpiar el sitio para descubrir los más de 35 metros de pisadas ordenadas. “Debemos analizar la cadencia, descifrar si se trata de varios individuos e iniciar el proceso completo de medición”, dijo.
Aunque hoy es una región desértica, hace miles de años en el Cretácico la región de San Juan fue un ecosistema pantanoso cercano al mar, en cuyos lodazales quedaron marcadas las huellas descubiertas hace unos meses por Pantoja, en una superficie que actualmente es una superficie seca y rocosa. “Gracias a la dura arenisca que la compone actualmente y a que estuvieron millones de años cubiertas, las huellas del Cretácico se conservaron bien”, remarco el también asesor científico de la Reserva de la Biosfera Tehuacan y profesor del posgrado de Ciencias de la Tierra de la UNAM quien nació en Minatitlán Veracruz e hizo su doctorado en el estado norteamericano de Arizona.
“Los fósiles de moluscos, peces y diversos estudios geológicos realizados en la década de los 50s por PEMEX documentan una región de vasta actividad geológica y tectónica, pantanosa, en donde vivían estos dinosaurios herbívoros añade Pantoja, quien describe entre los habitantes del antiguo ecosistema al Apatosaurio como un animal de cabeza pequeña, cuello muy largo (apto para alimentarse de brotes y hojas tiernas de la parte alta de los árboles) y cuerpo y patas muy pesadas.
“Para saber la edad, comparamos fósiles que han sido estudiados intensamente como moluscos y amonitas, e invertebrados marinos que tuvieron un rango muy corto de vida y que son para la paleontología como relojes que miden el tiempo geológico”, comenta Pantoja. Ahora, solo se requiere financiamiento para proteger las huellas”. Entre los pendientes por resolver están si las huellas pertenecen a uno o un grupo de individuos, de qué tipo de Apatosaurio son y si tenían de tres a cinco dedos.
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